Parece irónico pensar que lo que llega con un estruendoso bullicio de colores, sonrisas y canciones, en un momento y talvés el menos esperado, llegue a volverse triste, silencioso y que logre dibujar una mueca de dolor donde antes se marcaron muestras de alegría.
No debería haber finales, sino comienzos, cambios de procesos y ser asimilados como tal, pero es parte innata del ser, acaso el vivir el tormento del final trágico?
No deberían quedar vacios lúgrubes y oscuros, sino espacios compartidos y llenos de color, no deberían quedar las palabras guardadas en el silencio, sino lanzadas al espacio donde todos las puedan escuchar y que cada una permita ver en su significado lo grande y maravilloso, por que valió la pena el intento. La búsqueda no debería estar marcada por el encuentro, sino por el camino que se recorre antes de llegar a él.
Sólo asi aprenderíamos a darle un verdadero significado a nuestro caminar.
(19/07/08 2:59 a.m.)
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